CENTINELA

Súbito… esa es la palabra que mejor define la personalidad del sentimiento que aparece a veces, yo solo soy la mente que los monitorea y les da una razón de seguir vivos… éste en especial tiene las rutas muy bien marcadas, vive escondido justo debajo del camino, un imán a mis pies, pura tecnología japonesa, y a veces súbitamente entra por las plantas, coge el puente y se sube por los huesos, rayito de un viernes con tormenta, agua, agua, agua del cielo, agua en la boca, agua de madrugada, agua estancada … vapor, vapor, el alma del agua; después de la espinilla dibuja un brinco en las rodillas solo para distraerme y poder escalar el fémur y entrar por la puerta del sol, la primera puerta la abre con seguridad, viene con la energía de un rayo y agarra todo el impulso después de entrar – una corriente eléctrica que sube por las venas lo invade todo, en un segundo abre las 7 puertas y se convierte en luz cuando cruza la séptima, escapa tan fácil, que me hace cosquillas y me deja una risita de iglesia, una risa que se alimenta de ese sentimiento que a veces viene y se mete por mis pies…